Por: María Belén Rivadeneira R.
Cada vez es más común que las iniciativas empresariales se vean detenidas o truncadas por un inadecuado proceso de protección marcaria o por ningún intento de protección en lo absoluto. No llama la atención escuchar comentarios de clientes que llegan a nuestra consulta con el mismo problema: “me negaron mi marca por genérica“ o “no logré registrar mi marca porque otro lo ha hecho primero“. Es recién en este momento que los emprendedores se dan cuenta de la gran pérdida que significa el no asesorarse técnicamente en temas de Propiedad Intelectual desde el inicio de sus actividades económicas.
Supongamos que un emprendedor inicia su giro de negocio de venta de camisetas bajo el nombre PERIKLEZ y que incluso contrata un diseñador para que le cree un logotipo y su manual de marca. Tiempo después de utilizar este signo en sus productos, su publicidad, sus redes sociales y sus facturas; solicita a registro el nombre PERIKLEZ para distinguir “prendas de vestir“ en la Clase Internacional #25. Meses después, la Oficina de Propiedad Intelectual le notifica al emprendedor con una oposición, interpuesta en contra de su solicitud de registro, por parte del titular de la marca PERICLES en la misma Clase Internacional #25.
En efecto, lo que el emprendedor creyó que era su marca, fue un espejismo y no le queda más que: a) continuar el litigio administrativo (que tiene probabilidades bajas de éxito y supondrá fuertes gastos en abogados y tasas gubernamentales); b) negociar con el titular de la marca PERICLES un posible acuerdo de cesión o coexistencia; o, c) cambiar la marca PERIKLEZ por otra que no viole derechos de terceros y correr con todos los gastos que esto conlleva. Cualquiera que sea la opción que se escoja, ya se habrá perdido mucho tiempo, dinero e inclusive clientela.
El desconocimiento sobre la importancia de la Propiedad Intelectual en el mundo de los negocios le pasa la factura a los emprendedores que ven a este tema como un lujo y no como una necesidad. Es por esta razón que, con el fin de evitar estos inconvenientes legales y comerciales, es altamente recomendable seguir estos pasos para aumentar las probabilidades de registro de una marca:
1 ) Lluvia de ideas:
Nada mejor que “empezar por el principio“. El emprendedor puede ahorrar mucho tiempo y dinero si hace un ejercicio de creatividad y búsqueda por su cuenta. Así, puede anotar una lista de cinco nombres que le gustaría que sean su marca. Aquí, es importante ser originales y evitar nombres genéricos o de uso común como LAS CAMISETAS para identificar camisetas en el mercado.
2 ) Búsqueda informal en la web y redes sociales:
Se recomienda ir buscando cada nombre en orden de importancia, es decir, iniciar por la primera opción que se haya anotado en la lista e irlos descartando conforme se vayan encontrando identidades o similitudes. Cuando se llegue a un nombre que no tenga identidades ni similitudes en la web ni en las redes sociales, entonces el emprendedor estará listo para asesorarse con un especialista de Propiedad Intelectual.
3 ) Búsqueda formal:
Si bien es cierto que la búsqueda formal no es obligatoria para solicitar el registro de una marca, es muy recomendable llevarla a cabo para disminuir sus riesgos de rechazo. Es importante que un especialista de Propiedad Intelectual corra esta búsqueda para que se emita un análisis legal adecuado que determine si las probabilidades de registro de esa marca son altas, además de que se identifiquen las posibles contingencias legales que se tendrían a futuro (oposiciones), si el emprendedor decide avanzar con esa marca.
4 ) Solicitud de registro de marca denominativa:
La marca que ha obtenido altas probabilidades de registro en el paso anterior, es la que se recomienda solicitar ante la Oficina de Propiedad Intelectual inmediatamente después de haber recibido los resultados de la búsqueda. Es esencial no dejar pasar el tiempo en vista de que en el espacio entre que se realiza la búsqueda formal y se solicita la marca, otras personas podrían solicitar marcas idénticas o similares a la que es de interés del emprendedor, disminuyéndose así sus probabilidades de registro.
Es pertinente considerar que el proceso de registro marcario recién inicia con su solicitud y que para que la marca sea concedida debe atravesar por ciertas fases, como son las examinaciones de forma y de fondo, que determinarán la viabilidad de su registro. Este proceso, podría tomar entre seis y ocho meses si no hay interrupciones legales de por medio.
5 ) Branding:
Debido a que es sumamente recomendable que la solicitud de registro de la marca se la realice inmediatamente después de recibir los resultados de la búsqueda formal, se sugiere que el emprendedor asegure primero la palabra o denominación de su marca (si no cuenta con un logo todavía) y deje para un segundo momento la creación y solicitud de registro del logo, tipografías, colores, etc., donde podrá tranquilamente asesorarse de un creativo para que desarrolle el branding o la identidad corporativa a partir de esta denominación.
Conclusión:
Cada marca y negocio es un mundo diferente, sin embargo, estos pasos se pueden ajustar a cualquier emprendimiento que se pretenda lanzar al mercado, constituyéndose así en una solución inteligente y económica para los emprendedores que desean utilizar de manera adecuada las herramientas de la Propiedad Intelectual.
Para una asesoría personalizada respecto de este tema, por favor contáctanos a divergent@divergentlaw.com